PARA NO OLVIDAR
Bomberos controlando el fuego. |
Eran las siete de la noche, de un 29
de diciembre, el cielo del Centro de Lima se llenó de una espeluznante luminosidad. Los sonidos de los juegos pirotécnicos hacían eco junto a los gritos
desgarradores de las más de 300 víctimas que dejó el incendio ocurrido en el
año 2001 en el centro comercial de Mesa Redonda.
Escenas de desesperación e
histeria también lo vivieron los 440 bomberos que durante horas lucharon contra
las llamas al ver que el agua se terminaba y el siniestro saltaba de un
edificio a otro como una mecha prendida.
Escenas de desesperación e histeria. |
Hasta el día de hoy, a once años
de la tragedia, los deudos exigen justicia puesto que aún no se ejecuta la
sentencia. Los sobrevivientes han acudido ante la CIDH (Comisión Interamericana
de Derechos Humanos) para denunciar al Estado peruano.
Y pensar que esto comenzó, ¿Saben
con qué?, pues con la irresponsabilidad
de un comerciante que quiso probar un juego pirotécnico, pero que nunca imaginó que con ello desataría una mortal cadena
de fuego que no se detuvo hasta acabar con la vida de cientos de inocentes
personas.